domingo, 16 de diciembre de 2018

En la escalera me siento a cantar tu melodía

Papá,

A cinco años y ocho meses de tu muerte, sigo sin soñarte.

Pero me gusta pensar que alguna vez visitaste a tu nieta, esa hija mía que parece más hermana tuya que otra cosa. Me consuelo recordando esa vez (a sus casi tres años) que me dijo "mi Tata Pato e mu ato y tene oz oto atule" y que cantó todo el día "Susanita tiene un ratón" con el mismo tono destemplado con el que serenabas a la Mariel.

¿Sabías que (seguramente la escuchó en la escuela) en mi casa no se canta esa canción desde que tú no estás?

Así que me gusta pensar que fuiste tú, sobre todo porque cuando pasó eso, yo seguía sin hablarles a tus nietos de ti.

No es reclamo Papá, no me importa no tener visitas oníricas de tu parte. Porque prefiero encontrarte en la música que en los sueños.

Me quedo con las veces que despierto malcantando alguna de tus canciones favoritas, porque siento que me acompañas todo el día, a soñarte y que el sueño se desvanezca con el tiempo.

La música no desaparece así (a pesar que cante peor que tú)




viernes, 2 de noviembre de 2018

Canciones para mi papá

Así se llama la playlist que te hice para este 2 de noviembre. La estoy  escuchando mientras cuido tu altar y el Joel me cuida a mí. Porque aquí aquí estoy papá, llorando una canción sí y otra también, esperando la visita.

Estoy tratando de cantar algunas, de  tus favoritas, pero me temo que canto igual o peor que tú. A lo mejor te espanto con mi voz desafinada, pero quiero recordarte que tú me la heredaste.

Ya me comí los ostiones que te puse, y  me tomé el vino. El  Joel dice que él se tomará tu coca light.

Si  no te apuras, te vas a quedar sin pipitoria y mandarinas.

No es cierto, no me cabe tanto.

Tal vez el otro año si vengan a acompañarnos mi hermano y mi mamá, y entonces sí que si no te apuras, te quedas sin ofrenda.

Por lo pronto aquí estoy yo todavía, como siempre.





jueves, 25 de octubre de 2018

62

Papá,
No tengo que recordarte qué día es hoy, o bueno, que día sería si hace 5 años no te nos hubieras muerto.

Pero el hubiera no existe, me repetiste siempre. Así que aquí estoy  como todos los días, recordándote (que feo que pensar en ti sea recordarte desde que no estás), y en especial hoy.

Quisiera decir que te soñé, aunque sabemos que no te sueño (cómo me gustaría hacerlo),  pero  hoy me desperté recordándote con tu sonrisota de niño travieso, enseñándome ese libro, disco, botella, aparatejo de inspector Gadget que siempre te comprabas como autoregalo.

Y sonreí. Hace rato, papá, que no sonrío contigo y menos por ti, pero hoy lo logré (cierto, también lloró mientras te escribo) y de tan feliz hasta les hice chistorra de desayunar a tus nietos. Alla que los sufran en la escuela con las agruras.

La Chiquis se declara reina en su cumpleaños siempre, pero acá entre nos, creo que nadie disfruta su día como tú lo hacías, así que hoy trataré de hacerlo por ti.

Te quiero

martes, 11 de septiembre de 2018

“No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos.”

Papá, 
He estado rumiando esta cita de Friedrich von Schiller todo el día. ¿Por qué expresarse así de la familia? ¿Habrá tenido Schiller decepciones familiares como las nuestras? O más bien, como la que tendrías si otro de ustedes fuera el muerto y la situación la misma.

Tal vez asumo cosas que no debo sobre ti, después de todo, tú si sabías perdonar.  Tanto que hasta tenías fama de bonachón.  Y lo eras, eras bueno, buena persona en principio, pero tonto no.Si algo o alguien te hacía enojar, encontrabas la manera de ir más allá de eso.  Pero para llegar a eso no siempre era fácil: Rumiabas tu enojo, lo cuidabas, lo acicalabas, lo dejabas crecer y luego explotabas en un acto impulsivo pero liberador, que imagino te daba paz mental, te permitía tal vez perdonar pero no olvidar.

En eso de rumiar mis enojos (al menos los que creo que valen la pena), definitivamente me parezco a ti. En lo que definitivamente no soy como tú es en que yo no perdono. Exploto, sí, me quito el peso de encima así, pero no perdono. No olvido, no perdono.

Y menos cuando parece que alguien busca intencionalmente hacer daño.  Cuando parece que separar todavía más a la familia (desbandada desde que no estás) es su meta.

No entiendo, papá, simplemente no lo entiendo. ¿Cómo puede alguien que es tu  sangre ser tan distinto a ti? ¿De dónde sale tanta mezquindad, tanta vileza?¿Cómo lo perdonaste alguna vez?

Papá, si estás en algún lugar más allá de la nada, espero que me puedas perdonar porque yo no puedo perdonarlo. 


  

domingo, 17 de junio de 2018

Es tu día

Hoy celebramos el día del padre
Hoy todos dicen que tienen/tuvieron al mejor papá de todos.

Yo no puedo decir eso, porque tú y yo sabemos que no eras perfecto.

Cuando te enojabas, te enojabas de verdad.
Tenías una excelente memoria para recordarnos nuestros errores.
A veces decías "te lo dije" con cierto orgullo en tí mismo cuando nos equivocábamos.
Tu sentido del humor era... Digamos que generalmente tú eras el único en reírte de tus bromas.

(Y con lo mal que todo eso me caía, así también soy yo)

No eras perfecto, no fuiste el mejor papá del mundo.

Tus corajes eran explosivos, tus resoplidos hacían temblar la casa, pero NO estabas siempre enojado, no eras cruel, no nos manipulabas y tu arrepentimiento siempre fue genuino... Así como tu amor todos los días.

Tenías memoria de elefante para con nuestros errores, pero también te acordabas de las pequeñas cosas que nos hacían felices, y así llegaban siempre tus regalos sorpresa, esos regalos porque sí que nos hacías, porque andabas en algún lugar y algo te recordaba a nosotros. Hacías los mejores regalos. Siempre ponías atencion a los que te rodeábamos.

Esos "te lo dije" venían siempre acompañados por una abrazo consolador, una mano en el hombro que nos decía que estaba bien, una broma tonta, tratando de hacernos sentir mejor.

Tu sentido del humor nunca cambió, pero era imposible no reír contigo, si tenías esa risa de vikingo que reverberaba por la casa, esa risa amplia y profunda que dejaba ver tus colmillos felinos. De vampiro, decías, pero a mí siempre me parecieron de gato, como tus ojos. 


No eras perfecto, no fuiste el mejor papá del mundo, pero a tu manera siempre intentaste serlo, gracias por eso papá.

Te extrañaré siempre.

Feliz día, donde quiera que estés.

domingo, 3 de junio de 2018

3 de Junio


Hoy es el quinto 3 de junio que no estás con mi mamá para celebrar su aniversario.

Otro 3 de junio sin música temprana y comida fuera, sin nosotros viéndolos a ustedes ser felices y tacharlos de cursis.

Otro 3 de junio que llega y se irá  y mi mamá que seguirá siendo otra desde entonces pero al mismo tiempo la misma.

Creo que eso lo sabías ¿verdad?

Sabías que si uno de los dos podría aguantar la llegada inexorable de cada 3 de junio, sería ella. Y lo ha hecho, no sé cómo... Tal vez así como tú aguantabas estoicamente las temperaturas más extremas.

¿Por eso eligieron un día tan caliente?

Dicen los que saben que la temperatura máxima va a ser 43°C

Y dice mi mamá que así de caluroso fue el día que se casaron. Que siempre hace mucho calor ese día.

Y cuando pienso en ese día los imagino  jóvenes, enamorados, felices... Y ya no me importa el porqué del día,  porque los amorosos no saben de pronósticos ni de calor que no sea el del otro.


lunes, 21 de mayo de 2018

Estar en el aire

Debo confesar que no recuerdo mucho del día que moriste ni los siguientes. Todo se confunde en un remolino de dolor,  palabras serias, ojos cansados de llorar y abrazos que no daban ningún consuelo, pero uno de los pocos momentos que recuerdo vívidamente de entre todo ese marasmo ocurrió la mañana siguiente a tu muerte.

Abrí los ojos y estaba en tu casa, en tu cuarto, en tu cama. Me sentía muy cansada y embotada para darme cuenta en ese instante por qué estaba ahí, pero la rutina, que a veces nos salva de nosotros mismos, me sacó de tu cuarto y me hizo bajar a la cocina. Al final de las escaleras vi tus sombreros (esos que todavía están al lado de la puerta) y me acordé.  Tu muerte me pegó de golpe otra vez, un mar frío se me cerró encima y de nuevo quise correr. Abrí la puerta  y salí. No veía, no pensaba, no podía respirar, me sentía como si cayera por el aire en un vacío sin fin ... seguramente hubiera corrido lo más lejos que mis fuerzas me dejaran pero algo me paró de golpe.

Ahí, frente a la puerta, cantaba un pájaro, uno que no que nunca había visto por la casa pero que sé que te gustaban. Un pájaro pequeño y gris, con el pecho rojo y blanco que cantaba con fuerza, y su canto me detuvo en el aire.

Llamé a mi mamá para que saliera, tratando de no alzar mucho la voz para no espantarlo con mis gritos. No tuve que decirle nada, lo primero que mi mamá dijo cuando salió fue "hola, mi amor, viniste a despedirte".  El petirrojo cantó más fuerte y no se fue hasta que fueron saliendo los que estaban en la casa.

Tú lo sabes papá, soy una atea, pero desde entonces cada que estoy triste o preocupada, cada que siento que caigo por el aire, escucho sin falta a un petirrojo cantar fuerte y claro como esa mañana, y te vuelvo a sentir cerca.

jueves, 12 de abril de 2018

Lustrum

Esto seguramente ya lo sabes, porque tú sabías muchas cosas, pero la definición de lustro me ha parecido muy certera para describir lo que ha pasado. No dejo de pensar en ella mientras se acerca el 15 de abril. Hace casi cinco años, papá, que te moriste. En tres días será un lustro de estar viviendo con tu ausencia.  Dice la RAE que  "lustro" viene: del lat. lustrum 'sacrificio expiatorio que se hacía cada cinco años', 'período de cinco años'.

Sacrificio expiatorio... ¿Qué mayor sacrificio que el tuyo, que te fuiste a morir como de rayo? ¿que expiación sino la del dolor amargo que hemos ido supurando tus hijos y tu esposa?  Tu muerte es nuestra, y también de cada uno de nosotros.  Y si bien es cierto que los tres estuvimos ahí hasta tu último aliento, como testigos y guardianes  a la espera de la postrera sombra, también es cierto que cuando se abrió a nuestros pies el abismo de tu muerte, ninguno fue capaz de asirse del otro.

Y desde entonces los tres, a nuestro modo tratamos de expiar nuestro dolor, de aguantar el llanto, de buscar tablas de salvación en el mar del sinsentido que es tu muerte.  Siempre cerca uno de los otros pero nunca juntos. En la pena por tu ausencia estamos solos y a la deriva.

Siempre te asocié con el mar, pero apenas ahora, después de un lustro me doy cuenta que no eras el mar, eras el galeón que (ante la incertidumbre de la vida) nos llevaba a buen puerto.

Me ha tomado cinco años darme cuenta... me ha tomado un lustro...










¿cuándo acabará la expiación del sinsentido?


miércoles, 7 de marzo de 2018

Telasofobia

Papá,
Desde ayer estoy triste.
Bueno, en realidad desde que moriste lo estoy. Aunque siendo honesta,  convertí esa tristeza en enojo, en ira contra todo (ya los sabes) porque es más fácil estar enojada que triste.

Pero el punto es que ayer la tristeza me afloró...  o más bien salió a flote, como el cuerpo pútrido de un ahogado. Así es mi tristeza , un algo tumefacto, azul y verde,  cubierto de sargazos y percebes.  No hizo ruido al romper la superficie, simplemente ayer en la mañana estaba ahí, en medio del agua oscura de mi alma.

Papá, tampoco sé que hacer con ella. Está ahí abotargada, traslúcida e inmóvil, pero por más que la empujo (desde ayer),  se niega a hundirse de nuevo en el abismo de mi enojo.


¿Es eso bueno, papá? dime ¿es buena señal, se acabará el enojo?





Tengo miedo de seguir intentando hacerla zozobrar ¿hay algo más ahí en las profundidades del dolor?


Tú sabías mucho del mar... 

martes, 20 de febrero de 2018

Escribir al aire

Hola
Van a ser ya 5 años que no estás.
Cinco años huérfana de padre.
Cinco años que me (nos) cambió el mundo
Cinco años de dolor
(sin saber como callarlo)
Cinco años de tristeza
(sin saber como no llorarte igual)
Cinco años de enojo
(sin saber como soltarlo)
Cinco años, papá, sin ti:
Cinco años sin tu risa
Cinco años sin tu enojo
Cinco años sin música
Cinco años sin libros al azar
Cinco años sin llamadas largas
Cinco años sin manos en el hombro
...
Cinco años vacíos de tu espacio
...
Cinco años sin el mar de tu mirada

Y ya no sé que hacer
Con el dolor
(¿Seguir tratando de empujarlo dentro muy dentro de mí?)
Con la tristeza
(¿Seguir llorando cuando pienso en ti?)
Con el enojo
(¿Seguir sin poder contener mi ira?)

No sé que hacer
Y por eso escribo...
Te escribo, supongo
(aunque no me leerás jamás)
porque  te moriste
y no es tu culpa ni de la nadie
pero ya no sé que hacer conmigo


Paciencia, papá
No sé bien que más diré
Ni cómo
Ni cuando
Pero será para ti

Porque no quiero que el dolor dibuje siempre tu silueta