miércoles, 7 de marzo de 2018

Telasofobia

Papá,
Desde ayer estoy triste.
Bueno, en realidad desde que moriste lo estoy. Aunque siendo honesta,  convertí esa tristeza en enojo, en ira contra todo (ya los sabes) porque es más fácil estar enojada que triste.

Pero el punto es que ayer la tristeza me afloró...  o más bien salió a flote, como el cuerpo pútrido de un ahogado. Así es mi tristeza , un algo tumefacto, azul y verde,  cubierto de sargazos y percebes.  No hizo ruido al romper la superficie, simplemente ayer en la mañana estaba ahí, en medio del agua oscura de mi alma.

Papá, tampoco sé que hacer con ella. Está ahí abotargada, traslúcida e inmóvil, pero por más que la empujo (desde ayer),  se niega a hundirse de nuevo en el abismo de mi enojo.


¿Es eso bueno, papá? dime ¿es buena señal, se acabará el enojo?





Tengo miedo de seguir intentando hacerla zozobrar ¿hay algo más ahí en las profundidades del dolor?


Tú sabías mucho del mar...