sábado, 28 de diciembre de 2019

Doña Carmelita

Papá,
El sábado se murió mi abuelita. Fue el día más corto del año, pero a mí me pareció un día de 36 horas.
El funeral fue largo y lleno de amor como el tuyo, pero  distinto a la vez, no sé que fue, tal vez por su fé, tal vez por su edad, pero había un aire de serenidad  (de resignación no, creo que esa no llega nunca) que no sentí en el tuyo... Aunque hablo de mi propia experiencia como su nieta, a lo mejor mis tías y mi mamá se sienten tan desenraizadas como me sentí yo con tu muerte.
No lo sé.
No sé muchas cosas.
Sólo sé que al dolor de su muerte le hice un huequito al lado del tuyo, y que los llevaré conmigo siempre.
Papá, si te encuentras a la doña por ahí, cuídala mucho, se fue más pequeña y no tan fuerte como la recuerdas, pero eso sí, igual de lista.
Dile que la quiero, y que la voy a extrañar siempre, como a ti.

lunes, 16 de diciembre de 2019

No siempre te escribo desde la tristeza

Papá,
¡Voy a ser maestra de Letras indefinidamente!
Gracias por las buenas vibras.
Dónde quiera que estés, espero que estés feliz porque de ti aprendí el orgullo de ser búho.

Te extraño siempre

jueves, 12 de diciembre de 2019

Buenas vibras

Papá,
No te había contado que estoy participando en un Concurso de Oposición. Ya pasé la parte 1 del asunto pero hoy me toca la parte 2: el examen oral. En media hora voy a defender mi proyecto de investigación. Es un proyecto como para toda una vida de investigación, pero creo que te gustaría.
Papá, admito que estoy nerviosa. No sé dónde estés, pero échame buenas vibras.

En otras noticias, había olvidado comentarte que me aceptaron varios artículos para su publicación. Me gustaría mucho que estuvieras aquí pera leerlos.

Bueno, en realidad, me gustaría que estuvieras aquí y punto.

Buenas vibras, papá, buenas vibras
y tal vez, algo de tu calma...

Un abrazo.